Le dieron 135 días de vida. Vivió 121 días adicionales. Durante estos 255 días empezó a escribir notas de cariño para sus familiares y hasta para su mascota preferida, un perro chihuahua. Junto con mensajes de "los quiero", la pequeña llenó hojas y hojas de flores, corazones y otros dibujos. Los últimos nueve meses de vida los dedicó a buscar los escondites perfectos para sus mensajes personales. Con el paso del tiempo iba perdiendo sensibilidad y movilidad en distintas partes de su cuerpo , incluido el habla, con lo que las actividades más físicas de su lista de deseos pasaban a un segundo plano. Sus manos fueron las últimas en desobedecer a su maltrecho cerebro; por lo que entonces se dedicó a pintar, a pintar,… y a escribir.
Después de su muerte, sus padres fueron encontrando las notas y dibujos que ella les había dejado escondidos en los rincones más insospechados de su casa (dentro de una taza, entre las páginas de un libro, entre discos de música, etc.).
“Estábamos moviendo unas cajas olvidadas y entre algunos de los libros se desprendió una pequeña nota [...] Cada vez que encuentro y leo uno de sus mensajes es como sentir un pequeño abrazo de mi pequeña..” Brooke Desserich, madre de Elena.
Y empezaron a recopilarlas para enseñárselas algún día a su hermana pequeña. Al principio las colgaron en una página web familiar, como tributo a la pequeña. Pronto empezaron a recibir mensajes de desconocidos que había visto y leído las notas.
Cuando ya tenían tres cajas llenas de mensajes, a los dos años de su muerte, decidieron darle forma de libro: "Notes left behind" (Notas que dejó atrás), cuyos beneficios son destinados a una fundación creada por los Desserich tras la muerte de Elena dedicada a la lucha contra el cáncer pediátrico y bautizada "The Cure Stars Now" (La Cura Empieza Ahora).
Que triste es perder a alguien, pero mas triste debe ser tener 6 añitos y pensar que eres tu la que perderás a tus papas. tal vez eso motivó a Elena a escribir todas esas notas, para evitar que sus padres se olvidaran de ella y que la tuvieran presente siempre. Llámenme egoísta pero pienso que fue así. Elena fue una niña muy valiente y digna de admiración, ojalá todos tuviésemos la fortaleza de planificar detalles tan hermosos que sin pensarlo hacen llevadero el día a día de las personas que mas queremos y que nos dejan ir sin cosas pendientes y remordimientos.





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