"Blue Label" es desgarradora y trágica y "Liubliana" también. Una tragedia que inspira piedad ante dos generaciones que nunca supieron donde se encontraba eso que llamaban el futuro. Los finales de ambas obras se hacen guiños de complicidad, se penetran, se arman desde unas estructuras que podrían hacerse una sola.
Son dos obras construidas a partir de la música, de una banda sonora que las hace entrañables. Eso. Son obras entrañables que a partir de un momento no te dejan soltarlas. Te invitan a llorar como idiota en sus finales; a emborracharte escuchando música de tu adolescencia. A llamar a los panas que tienen años sin ver. A buscar fotos viejas. A bañarte en la mierda de la nostalgia, que no cura nada y que nada fortifica.
Invito a leer "Liubliana" con una botella a la mano, y un Ipod lleno de una antología musical. Siga con "Blue Label". Si usted ha crecido en Caracas, si tiene gente fuera del país o vive fuera del país, ya su manera de entender las cosas no será la misma. Habrá encontrado los libros de su tiempo. Habrá encontrado, al fin, con propiedad, un interlocutor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario