Soy una doña, pana, soy una fucking doña (y de las solteronas, además) me falta que si el vestido y el bastón... pero todo lo demás te lo tengo. Me da miedo salir a rumbear toda la noche y tomar ron (o vodka, o anís, o el mayor temor: tequila) porque no voy a valer medio por lo menos hasta la semana siguiente... porque el ratón y la flojera ya no me dura medio día, ¡no, Señor! It's too mainstream. Mínimo dos días, y paso con sueño el resto de la semana.
Claro que sigo rumbeando, ¡JA! Dos veces... al año... eehh... quizás tres... pero no en esos antros donde me la pasaba que uno no podía ni sentarse y que tenías que desvestirte para que te dejaran entrar, ahora voy que si en sandalias y jeans o en converse (hola, yo uso converse) a lugares tipo el Teatro Bar o La Quinta.
Pero nada, vale, soy una doña, básicamente porque antes no me daba ni coquito y ahora no salgo de una gripe, una migraña, una verga... no, una verga no... ¡qué triste!
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