La sociedad me ha vuelto a escupir en la cara. Yo, trato de incorporarme, de aceptarla; ella, sólo desea humillarme y neurotizarme más con el castigo al que fui sometido: la maldición de la perenne juventud. Es el cerebro y pensamiento crítico de un inusual adulto, encerrado arbitrariamente en una cara de bebé. Tengo 27 años, soy Gabriel Núñez, el Benjamin Button venezolano.
Estaba caminando por Chacao, cuando de pronto un par de señoritas con minifalda me detuvieron. Me sonrieron, también pasaron sus manos sobre mi pecho, abortando así cualquier intento mío por retomar mi caminata. Dijeron que trabajaban en Beiersdorf, explicándome con mucho entusiasmo que se trataba de una empresa líder en productos de aseo y cuidado personal.
─Gracias, señoritas, pero de vaina uso desodorante ─dije.
─¿Cómo te llamas, cielito?
─Gabriel Núñez, pero discúlpenme, tengo…
─Ok, Gabriel, mi nombre es Cecilia Arteaga, y el de mi compañera es Carmen Pedraza. Te explicamos, ambas trabajamos en el Departamento de Publicidad y Mercadeo de Beiersdorf, como te dijimos anteriormente. Queremos que nos respondas un par de sencillas preguntas antes de proponerte algo que podría ser beneficioso para ti, Gabriel. ¿Estás de acuerdo?
─Ok, si con eso se largarán y me dejarán seguir mi camino, sí, estoy de acuerdo.
─Gabriel, ¿qué marca de espuma de afeitar usas?
─Ninguna, Cecilia, como pueden ver, no me hace falta afeitar, no me sale bigote ni nada; me afeito una vez quincenalmente, y como son unas ridículas pelusas conatos de vello facial lo que me sale, pues no uso espuma, uso jabón Moncler y con eso me basta.
─¡Noooo, Gabrielito, estás dañando tu hermosa carita! Aquí en Beiersdorf tenemos la espuma de afeitar de Nivea, con extractos deAloe Vera, que dejan tu piel suave e hidratada. Eres un bello niño, debes pensar en tu futuro, ya que…
─¡Ay, no, coño, no vengan ustedes también con la güevonada de mi cara! ¡No soy un niño, coño, tengo 27 jodidos años!
─No te molestes, Gabo. Tampoco hace falta que nos mientas, sabemos que para lo que queremos no podemos buscarnos un niño, pero tampoco un adulto; necesitamos a un chamo como tú, de unos catorce años, que tenga su carita cuidada ─aclaró Carmen.
─Gabriel, ¿qué marca de condones usas?
─Naturalamb, es el Mac Ahorro bolivariano: tres condones por Bs. 4 cagados; cada polvo me sale en Bs. 1,333.
─¡No, Gabriel! En Beiersdorf te ofrecemos Sanamed Duo, condones de alta calidad que se pueden estirar hasta cuarenta centímetros sin romperse.
─Coño, Cecilia, no me vengas con pendejadas, ¿algunas vez te han metido un chaparro de cuarenta centímetros? Si me respondes que sí, pues quedaría al descubierto tu amor por los caballos; ojo, no hay nada de malo en ello, al menos eres sensata y le pones condón al porongón equino que te meten; ya bastante jodidos estamos con los tukis, no nos hace falta la creatividad de una ejecutiva ninfómana zoofílica que le gusta que le acabe adentro un caballo. ¿Tú te imaginas luego a esos bastardillos galopando libremente en el Metro de Caracas? Sí, los imagino soltando sus bostas en donde les plazca, levantando sus dos patas traseras, pateando con brutalidad a los pasajeros para hacer espacio en los vagones, recostando el machete venoso cabeza morada a las ancianas puritanas.
─Gabriel, me estás ofendiendo, respeta que te queremos proponer algo ─indicó Cecilia.
─No me jodas, déjate de moralismos ridículos, Cecilia, me ofendes tú con tu discurso de lealtad barata e identificación histérica empresarial. Vienes y pretendes recomendarme cómo me debo afeitar y con cuál condón debo tirar; respóndeme entonces, ¿con cuál toalla sanitaria detienes tu hemorragia mensual? ¿Cuál marca de pantaletas es víctima de los pelos que te deja el caballo en las nalgas luego de la espolada que te regala?
─Gabriel, por favor, disculpa a mi compañera, pero deja que ella te explique la propuesta que te tenemos ─dijo Carmen un poco nerviosa.
─Adelante, expliquen.
─Tenemos meses buscando a alguien que cumpla con ciertos requisitos físicos, y no hemos tenido suerte alguna. Necesitamos a un hombre con piel cuidada, sin arrugas, fresca y lozana; el mismo sería la imagen de nuestra nueva campaña para la Crema Antiarrugas Nivea Q10. Sé que ahorita estás un poco molesto, pero te pido que consideres nuestra oferta, iríamos ahorita mismo a la oficina para que conozcas a nuestro gerente y te informe de la excelente remuneración que recibirías si aceptas ser la imagen de este maravilloso producto ─dijo Cecilia.
Sí, a veces hay que meterse el orgullo en el bolsillo, y aceptar la propuesta de negocios que ofrece una zoofílica ejecutiva con ganas de quedar bien con su jefe.
Deben leerlo!!! El tipo esta loco!!
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